Entre coladuras de tiempo terrícola, un obrero sin familia que nunca trabajó por si mismo, nació desde manos jóvenes, hojas y seca ramas, en un traje azul con tirantes.

Oliendo tierra mojada de ciudad puso el casco blanco de protección en su cabeza de paño. Gritó a toda fuerza su nombre a las sombras que lo rodeaban y plasmaban. Desde su cara sin boca pero, no salió sonido. Ni el viento se dió cuenta. Su cuerpo, aun instable, fue recorrido de escalofríos. Voces vibraban arriba de él. Le estaban dando la vida y se la quitarán pronto. Lo tumbaron sin gracia en una hamaca de arco iris. Impotente, agotado, y emocionado por el tiempo que aún le quedaba, el obrero azul se dejó tragar desde la opulenta verde oscuridad, en el jardín de la Casa Jardín de noche. Un nuevo punto de expansión perceptiva. Viajaba como una supernova en plena, descontrolada, obligada a experimentar todo lo que encuentra, sin poder eligir. Agarrada a lo que fue y que va ser. A veces deja de resistir, fluye aprovechando del presente. El mal y el bien desaparecen. Y el miedo. De repente, la experiencia sólo es fuente de felicidad y energía renovada.

Desde el porche detrás del ficus volaban los detalles finales para completar la escena de su suicidio. Pronto le habrán colgado bajo la escalera de Plaza Mayor. Le dejaran ahí, sin pulso, esperando los empleados del sistema que lo quitarán para esconderle y olvidarle lo antes posible.

Pffshh…Cla … … Clacla … Clacla ClaclaClaclClacla…

Sonido de plásticodisguástico pintafantástico en la pared.

“Atención algo esperado esta pasando” esto pensó un taxi con ruedas mojadas de grummasfalto ralentizando su carera por mirar mejor. La puerta del Juzgado está cerrada por dos plasticintasblancorojas puestas altura niña con trenzas y hermano mayor enfadado porque deseaba salir sólo. Colgado a la del niño, al centro del maderablindportón un cartel fosfonaranjo con la escrita bien claClara en contraste:

“SE TRASPASA 93689#¬”~

Detrás del coche de servicio se cae una risa que, ahí fuera, chocando con el silencio de una luna aparentemente postiza enredada en lanagua purpúrea, se apaga enseguida. Formada por cíclopes de cemento, la ciudad se infiltra indagadora escrutando las plagas de la nada, zumbando amenazantes monojos de vidrio y contorcidos cables hasta a dentro las salas de las cucarachas.

Situacionismo en la isla de los Cíclopes que pronto se enteraràn. Los vigilantes no se dan cuenta, ésto parece, y no se oyen señales de alarma. Mientras tanto, una rubia fea, con barba de cuatro días, gafa de sol multicolores y otros bichos chungos,  iban cargados con una caja de contenido secreto y más instrumentos sospechosos que salían de bolsas y debajo de la ropa, cruzando una calle detrás de la otra. Las sombras estaban a punto de cumplir su parte del plan. Detrás donde pasaban, como pedos, nubes electrizaban picantes luces invisibles.

Falta extrasuperpoco.  Pronto actuarán y volver atrás no podrán.

La rubia de repente sola se pone a gritar, borracha. Es el signo. De otro punto salen como un soplo sin ningún peso tres sombras y la caja.

Empiezan a destiraruir:

Pffshh…Cla … … Clacla … Clacla ClaclaKlaclClacla…

Todo  empezó desde el pequeño sueñodeseo de una amiga de otras buenas suyas y que la pensadora logo-hizo en la petada asamblea de la Casa Jardín con esta frase:

“LA PASION POR LA DESTRUCCION

ES TAMBIEN LA PASION POR LA CREACION”

Pffshh…Cla … … Clacla … Clacla ClaclaKlaclClacla…

Silbar… Rojo rojonegro negrorojo splasharse en marmocolumnas.

En esta noche de verano acabado, bombardean el Parlamento. Adrenalina anarquista. Clacla ClaclaClaclClacla… interminables por unos segundos. Clacla ClaclaClaclClacla… Las bombas royo negras pintan el silencio y destrozan sus paredes.

Con el Lorenzo calentando el cielo, una camarera a llegado desde Rujzwambyia para servirme un blanco vino, asqueroso, caro, abundante sí, ni una tapita. Me siento avergonzado de no poder establecer conexiones más profundas con mi entorno, de no controlarlo. Pero el no control es lo que nos deja libres de disfrutar como bolas de luz calientriorgaxicas.

Mi enfermedad de dormiandante me aporta muchos conocimientos que, una vez despierto quedarán a mis desconocidos.

Si no pienso percibo más nítido.

“Hoy un obrero se ahorcó. Aquí cerca.

Anoche cerraron edificios pertenecientes a instituciones y los pusieron en venta o traspaso.

El Parlamento ha sido bombardeado.”

Todo esto ha pasado y los guiris pasean tranquilos.

El circo sadomadorror kapitalista no se ha parado.

Desde esta silla de goma es fácil ver el sur del mundo encadenado en hábitos incómodos y ridículos, obligado a postrarse. Esclavos de servir a una clase dominante que no sabe gestionar y tiene miedo a que se note. Bichos raros, un poco malformados, los bípedos rosas de este planeta, pequeña masa de seres inconscientes. Están enfermos todos de sí mismos. Ignorancia permanece. Egoístas frustrados de tanto ego descontrolado. Ríos de pensamientos en furia que nunca pararán ni muertos porque no se dan cuenta serlo. El olor hedor hamburguesa sí los atrae, también luces y colores innaturales muy repetidos. Aprenden lo que ven; dónde los llevaran estas enseñanzas es la pregunta.

Un Bob Esponja sucio saluda preguntando por dinero. Cinco pintores pintan todos con el mismo estilo barato. Personajes de Walt Disney llaman la atención de los niños hasta un teatro callejero de marionetas, de otra manera

ignorado. Casas buenas que no pertenecen a nadie que las habite. Aire irrespirable. Hombres con pistolas  como en un carnaval maligno, se mueven seguros que su percepción del mundo sea la justa o simplemente la normal. Ellos claro, que llevan pistolas, se creen sabios.  CircoClapsie.

CircoClapka que no te das cuenta, peonza inconsciente que en su camino lo destroza todo. Para ya. Despierta.

Así, los que sólo observan y simplemente aman, serán más libres en destruir sus limites.